Casa de campo en Ólvega (1982)

NATURALEZA Y PAISAJE

Sobre la ladera suave de la montaña y rodeada de una impresionante serranía, la pequeña casa de campo establece un dialogo con la naturaleza agreste y el paisaje.

Con apenas cien metros cuadrados de superficie, estructurados en tres áreas de seis por seis metros como referencia básica, intenta autoafirmarse en su solitaria condición.

La orientación, el amanecer y ocaso solares ordenan las distintas dependencias de la casa, buscando el placer de los efectos de la luz natural y aprovechando su energía vital.  En la fachada sur, la línea de alero, horizontal y continua, une la suave pendiente de la cubierta con el muro perimetral de piedra perforado por grandes ventanas.  Es tradicional, la pequeña mansión domina la parte alta de la finca.

La fachada Norte, por el contrario, presenta sobre el camino de acceso una imagen mas contundente con líneas de diseño inclinadas y verticales, anunciando al visitante que existe una casa de apariencia mayor.  La pequeña casa aislada quiere afirmar su existencia ante el exterior.